En el universo fintech, pocos desarrollos han logrado impactar con la rapidez y profundidad del código QR. Desde su aparición masiva en los sistemas de pago móviles, esta etiqueta cuadrada se ha transformado en una herramienta poderosa de inclusión financiera, eficiencia operativa y simplificación del consumo. Pero detrás de esa sencillez visual se esconde una arquitectura tecnológica de alto rendimiento, cuidadosamente diseñada para sostener millones de transacciones en tiempo real. En este frente, Depay —la fintech argentina con Joaquín Fagalde en el rol de CEO— emerge como el gran protagonista regional gracias al desarrollo de su API.
Los códigos QR (Quick Response) se destaca frente a los códigos de barras tradicionales y a tecnologías como el NFC (Near Field Communication), por su estructura adaptable y la facilidad de escaneo desde cualquier smartphone. La tecnología detrás del QR incluye módulos codificados, patrones de posicionamiento, corrección de errores (bajo el estándar ISO/IEC 18004) y compatibilidad con sistemas como EMVCo para garantizar su interoperabilidad global.
A diferencia de los sistemas cerrados, el QR puede integrarse de manera abierta y escalable, convirtiéndose en el estándar más viable para pagos móviles en economías emergentes. Y en una región como Latinoamérica, con más de 650 millones de personas y una baja bancarización histórica, esta tecnología es más que eficiente: es revolucionaria.
Depay: conectando billeteras digitales con QRs en toda la región
Fundada en 2023, Depay nació del vacío de infraestructura que Fagalde detectó en su paso por ABInBev, al intentar implementar pagos cripto en retail. Lo que parecía una iniciativa puntual derivó en una solución que hoy interconecta sistemas de pago en Argentina, Brasil, Colombia y Perú a través de rieles tecnológicos propios, que operan por fuera de los circuitos tradicionales como Visa o Mastercard.
Fagalde venía de liderar un innovador proyecto de pagos con criptomonedas en ABInBev, donde descubrió una limitación estructural: no existía una infraestructura que permitiera realizar pagos digitales transfronterizos de manera simple y accesible. “Nos dimos cuenta de que el problema no era sólo tecnológico, sino que había barreras regulatorias y comerciales que impedían que las billeteras operaran libremente entre países”, recuerda.
La solución que ofrece Depay permite que cualquier billetera digital pueda pagar con un simple escaneo de QR en comercios de toda Latinoamérica mediante su API, sin que el usuario deba preocuparse por la moneda local, las comisiones bancarias o la conversión de divisas. Es la compañía quien intermedia la operación, liquida los fondos en la moneda del comercio y garantiza la operación en tiempo real.
"Estamos conectando infraestructuras nacionales interoperables, como PIX en Brasil y el QR interoperable en Argentina, para construir una red regional que facilite las transacciones sin fricción", explica Joaquín Fagalde, CEO de Depay.
La seguridad es uno de los pilares menos visibles pero más robustos del sistema. Depay aplica cifrado de extremo a extremo, autenticación en red, validación previa de transacciones, prevención de QRs maliciosos y algoritmos antifraude que analizan el comportamiento de cada operación en tiempo real.
Según datos de LexisNexis, el fraude en pagos digitales creció un 19% en 2023 en América Latina. La startup argentina combate esta amenaza estructural con un sistema que elimina el ingreso manual de datos sensibles, reduce la exposición a clonación y minimiza los rechazos en los comercios. En países como Brasil, donde se reportan altos niveles de fraude con tarjetas, los pagos QR ganan terreno por su mayor seguridad.
“Diseñamos nuestra infraestructura para que cada pago sea seguro desde el origen hasta el destino. El riesgo se reduce al mínimo porque el usuario paga directamente desde su billetera digital”, afirma Marcelo Sánchez, CTO de la empresa.
El A2A y los nuevos rieles de pagos digitales
Uno de los desarrollos más disruptivos en el futuro próximo es el A2A (Account to Account): pagos directos entre cuentas sin intermediación bancaria. Depay ya opera bajo este modelo, facilitando la transferencia directa desde la billetera del usuario hacia la cuenta del comercio en moneda local, sin pasar por redes bancarias tradicionales.
Esto permite no solo bajar costos —se eliminan comisiones de 3% a 5% típicas de tarjetas— sino también aumentar la velocidad y disponibilidad de los fondos. Para los comercios, especialmente pymes y micropymes, es una solución transformadora.
La compañía estima que, para fines de 2025, más de 40 millones de usuarios estarán usando su infraestructura y el volumen de transacciones superará los USD 50 millones anuales. El foco estará en sumar al menos tres nuevos mercados y comenzar a integrar billeteras internacionales de Estados Unidos y Europa para que los turistas también puedan pagar con QR en América Latina.
La visión no se limita a lo técnico. La fintech de origen argentino busca resolver un problema estructural: la desconexión entre sistemas financieros locales. "Nuestra infraestructura permite que las billeteras sigan siendo locales, pero operen regionalmente", explica Fagalde.
Con esto, no sólo se expanden los negocios fintech, sino que se facilita el turismo, se dinamizan las economías y se alivia la presión sobre las reservas internacionales, al evitar operaciones con divisas duras.
La compañía ha consolidado una tecnología que no solo permite escanear y pagar, sino también conectar a toda una región con una red de pagos eficiente, segura y sin fronteras mediante su API. Lo hace desde Argentina, con inversión internacional y con una misión clara: transformar cómo circula el dinero en América Latina.
El QR ya no es solo una imagen: es el nuevo idioma del comercio digital.