Una inteligencia artificial ya puede distinguir la Pepsi de la Coca Cola

 


Investigadores liderador por un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) desarrollaro una lengua electrónica impulsada por inteligencia artificial capaz de diferenciar entre líquidos similares, como Coca-Cola y Pepsi. Esta innovadora herramienta utiliza un sensor basado en grafeno y algoritmos de aprendizaje automático para identificar diferencias sutiles en las composiciones líquidas.


¿Cómo Funciona la Lengua Electrónica?

La lengua electrónica emplea un transistor de efecto de campo sensible a iones de grafeno, lo que le permite detectar iones químicos sin necesidad de sensores específicos para cada tipo de líquido. Esta versatilidad amplía su aplicación a una variedad de líquidos, desde refrescos hasta jugos de frutas.


Integración de Aprendizaje Automático

El sistema de inteligencia artificial se entrena mediante una red neuronal que imita el procesamiento sensorial humano. Al analizar hasta 20 parámetros relacionados con la interacción de los líquidos con el sensor, puede proporcionar evaluaciones precisas sobre el contenido y la calidad con más del 80% de precisión en aproximadamente un minuto.


Más Allá de las Bebidas Gaseosas

Aunque el enfoque inicial ha sido la diferenciación de refrescos, las capacidades de esta lengua electrónica se extienden a otros líquidos:

  • Leche: Puede detectar cambios sutiles en el contenido de agua en la leche, ayudando a identificar problemas de seguridad alimentaria.
  • Otros tipos de refrescos: Además de Coca-Cola y Pepsi, puede distinguir entre diversas marcas y tipos de refrescos, lo que demuestra su versatilidad.
  • Cafés: La lengua electrónica es capaz de diferenciar entre distintos blends de café, aportando valor a los productores y consumidores.
  • Jugos de frutas: Puede evaluar el nivel de frescura y detectar signos de deterioro en jugos, lo que es crucial para el control de calidad.

Implicaciones para la Industria Alimentaria

Este avance no solo demuestra la viabilidad del uso de sensores no idénticos para lecturas precisas, sino que también sugiere un camino hacia la implementación de esta tecnología en diversas industrias a un costo reducido. La capacidad del AI para adaptarse y aprender a partir de conjuntos de datos diversos convierte a esta lengua electrónica en una herramienta prometedora para mejorar los procesos de seguridad alimentaria y control de calidad.

En resumen, esta innovación representa un importante paso adelante en la integración de la inteligencia artificial con la tecnología sensorial, transformando nuestra manera de evaluar e interactuar con productos alimenticios

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