Los astrónomos han realizado un descubrimiento revolucionario con la detección de una potente señal de radio, conocida como FRB 20220610A, que viajó por el espacio durante unos asombrosos 8.000 millones de años antes de llegar a la Tierra.
Esta señal, detectada por el telescopio Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP), es una de las ráfagas de radio más distantes y energéticas jamás observadas, lo que ofrece una oportunidad única para estudiar el universo primitivo.
Detalles clave de FRB 20220610A
- Origen: La señal se originó en una galaxia situada mucho más allá de la nuestra, lo que permite comprender los procesos cósmicos que tuvieron lugar cuando el universo tenía menos de la mitad de su edad actual.
- Características: Las FRB son breves destellos de ondas de radio que duran sólo milisegundos. La energía liberada por la FRB 20220610A en ese breve espacio de tiempo equivale a la que emite nuestro Sol a lo largo de 30 años.
- Implicaciones científicas: La inmensa distancia y potencia de esta FRB permiten a los científicos explorar cuestiones fundamentales sobre el universo, incluido el misterio de la "materia desaparecida". Más de la mitad de la materia normal que los cosmólogos creen que debería existir está en paradero desconocido, posiblemente residiendo en regiones difusas entre galaxias.
Investigación y perspectivas de futuro
El Dr. Stuart Ryder, de la Universidad Macquarie, dirige la investigación de este fenómeno cósmico. El estudio de FRB como la 20220610A no sólo ayuda a comprender sus orígenes -posiblemente relacionados con magnetares u otros objetos celestes exóticos-, sino que también proporciona un método para medir la materia oculta en el universo a través de su interacción con material ionizado en el espacio.
Este enfoque se resume en la relación de Macquart, que ayuda a rastrear la materia desaparecida a través de grandes distancias cósmicas.