La próxima misión europea a Marte utilizará un dispositivo pionero de propulsión nuclear que aprovecha la desintegración radiactiva del americio para mantener calientes sus componentes, una primicia en las naves espaciales.
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció los planes el 16 de mayo, junto con los detalles de un acuerdo con la NASA que cristalizó la contribución de la agencia estadounidense a la misión ExoMars, largamente retrasada, que entregará el primer vehículo explorador de Marte de Europa, llamado Rosalind Franklin. La ESA trabajaba originalmente con la agencia espacial rusa Roscosmos en la misión, pero canceló la asociación en 2022, después de que Rusia invadiera Ucrania.
Las unidades de calentamiento de radioisótopos (RHU) aprovechan el calor producido por la desintegración de elementos radiactivos para mantener las naves espaciales lo suficientemente calientes como para funcionar cuando no es posible utilizar la electricidad generada por paneles solares. La ESA ha dependido históricamente de socios estadounidenses o rusos para proporcionar RHU que utilizan plutonio-238 para las misiones, pero desde 2009 trabaja en su propio programa para crear RHU, así como baterías que proporcionen electricidad.
Las RHU europeas calentarán componentes de la plataforma de aterrizaje de la misión, que despliega el rover sobre la superficie marciana. El módulo de aterrizaje suministra energía al vehículo antes de que salga de la plataforma y abra sus paneles solares. Según Orson Sutherland, jefe de grupo de la ESA para la exploración de Marte, que trabaja en el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espaciales (ESTEC) de Noordwijk (Países Bajos), calentar el módulo de aterrizaje prolongará su vida útil, de modo que pueda servir de apoyo en caso de que surjan problemas al desplegar el rover.