En el marco de la SAIAConf, conversé con un especialista en inteligencia artificial sobre desafíos, miedos y oportunidades de la tecnología.
La inteligencia artificial llegó para quedarse y ya no hay vuelta atrás. Esta tecnología, que ya tiene más de 50 años, irrumpió nuestras vidas a fines de 2022 con herramientas de lenguaje generativo y creación de contenidos, y nada volvió a ser igual.
La aparición y posterior adopción masiva de ChatGPT, Midjourney, Dall-e o Bard, trajo a la superficie un nuevo debate: la inteligencia, como característica y diferencial del ser humano frente a otras especies, ya no es un patrimonio exclusivo del Homo sapiens.
En el marco de la SAIAConf, una serie de charlas organizada por la Sociedad Argentina de Inteligencia Artificial este sábado en la UTN, conversé con Joan Cwaik, docente, escritor y divulgador especializado en tecnologías emergentes y sociedad: “Hay un tipo de inteligencia que este año dejó de ser patrimonio exclusivo del ser humano. Se trata de la inteligencia vinculada a los procesos lógicos, la capacidad de, por ejemplo, de vincular información y procesarla analíticamente. Ese tipo de inteligencia, ya no es más exclusiva de los humanos”.
¿Qué nos queda a los humanos? “La inteligencia emocional, la inteligencia social, siguen siendo patrimonio exclusivo de los seres humanos”, afirmó Cwaik en su charla en la SAIAConf, que se tituló igual que la pregunta con la que comienza este párrafo. Sin embargo, luego aclaró: “El ser humano todavía agrega un montón de valor a todos los procesos productivos. Si bien en 2023 la inteligencia como concepto ya no nos va a diferenciar más como seres humanos, yo creo que la discusión va por otro lado. Las habilidades humanas son y seguirán siendo irreemplazables. Pero nos dirigimos hacia un mundo híbrido, en el sentido en el que la tecnología y la inteligencia artificial nos complementará”.
El mundo al que hace referencia el autor de El dilema humano: del Homo sapiens al Homo Tech es un mundo en transición, camino a una humanidad con una relación imposible de disociar con la tecnología. Esta realidad platea desafíos y miedos.
Desde hace ya un año una pregunta se hace presente en casi todos los artículos, charlas, conferencias y disertaciones sobre este tema: ¿las herramientas de inteligencia artificial nos van a remplazar en nuestros trabajos? “La inteligencia artificial es una tecnología que tiene más de 50 años de desarrollo, no es algo nuevo. Sin embargo, la rama de la inteligencia artificial generativa, que es lo que estamos viendo ahora de manera masiva, producto de la implosión de ChatGPT el año pasado, es lo que nos propone nuevos desafíos: la contextualización, la empatía, la flexibilidad cognitiva, todo eso va a cambiar drásticamente”, afirmó Joan Cwaik.
El miedo de que un robot reemplace a un ser humano está desde hace décadas. Lo tiene cada generación ante una invención o la aparición de una nueva tecnología. Está claro, y es inevitable, que la inteligencia artificial se va a hacer cargo de millones de tareas que hasta hoy realizan los humanos. Como cuando los ascensores automáticos dejaron sin trabajo a los ascensoristas, o cuando las computadoras retiraron a quienes arreglaban máquinas de escribir, y así con miles de empleos, hoy obsoletos.
Sí, la inteligencia artificial va a remplazar muchas de las tareas que realizan los humanos. Forma parte de la evolución y del progreso. “La discusión también es otra”, plantea Cwaik: “Un ser humano que sepa aprovechar mejor las virtudes de una tecnología remplazará a otro ser humano que no se adapte y no sepa manejar o relacionarse con esos beneficios”. Y agregó: “No es que ChatGPT, por ejemplo, nos va a reemplazar. Las personas que sepan aprovechar mejor lo que nos ofrecen estas nuevas herramientas y que sepan impulsar sus habilidades humanas, son quienes se van a destacar primero”.
Sin embargo, en su libro, Cwaik confiesa que, a pesar de las proyecciones y previsiones, en realidad no sabemos cuáles serán los trabajos del futuro. “Nadie está salvado de que su empleo sea reemplazado por la tecnología, ni condenado por ese mismo destino”.
El desafío que tenemos por delante es enorme. “Estamos viviendo un momento de una fascinación tecnológica absoluta. Pero el proceso es natural. Por un lado, estamos experimentando cosas que no tienen precedentes. Y por otro lado, somos humanos, somos personas”, concluyó.
Mientras la tecnología avanza y se desarrolla de manera exponencial, nuestra capacidad de asimilarla, de adoptarla, de entenderla, crece a una velocidad menor. Esto que plantea Joan Cwaik genera temores e incertidumbre, claro. Pero a la vez, también oportunidades: “La capacitación constante y permanente es un aspecto clave para los profesionales del futuro, al igual que la capacidad de innovar. Y la comprensión de la lógica detrás de las tecnologías disruptivas”.
La SAIAConf trajo el boom de la inteligencia artificial a Buenos Aires
El evento organizado por la Sociedad Argentina de Inteligencia Artificial convocó a cientos de personas interesadas en el futuro de la tecnología. El encuentro, que tuvo lugar en la sede de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, reunió a líderes de pensamiento, innovadores y profesionales para debatir sobre la inmersión en las tendencias y aplicaciones de la inteligencia artificial.
La SAIAConf fue una ocasión única para escuchar sobre estos temas en un ambiente académico, con expertos y profesionales del sector que compartieron sus conocimientos, experiencias y perspectivas sobre las principales tendencias en IA.